- Academia Quintus
- Posts
- Un fontanero gana más que un ingeniero
Un fontanero gana más que un ingeniero
¿Te parece bien? ¿Es merecido?
“Todo necio confunde valor y precio.”
“J*der macho, es que no hay derecho, no hay derecho” fueron las palabras más repetidas por un amigo mío una calurosa tarde de verano mientras estábamos sentados en la terraza de un bar tomando una cerveza.
De pequeños éramos casi inseparables, estábamos todo el rato juntos en la escuela y fuera de ella. Uno iba a casa del otro a pasar la tarde, nos apuntábamos a las mismas actividades extraescolares (fútbol, natación, teatro, etc.), nos defendíamos mutuamente… este tipo de amistad que es casi un hermanamiento.
Pero como suele pasar, cuando creces, tu camino y el de tus amigos se separan.
Tú quieres estudiar una cosa y tus amigos otras, y muchas veces tienes que mudarte a otra ciudad para ir a estudiar a una universidad en concreto.
Y cuando terminas los estudios, muy probablemente te toque mudarte a otra tercera ciudad para trabajar, como nos pasó a mi amigo y a mí.
Hoy en día, mi amigo y yo nos vemos 3 o 4 veces al año, con suerte.
Total, que estaba terminando mi cerveza, concretamente una Paulaner de trigo, mientras mi amigo casi echaba espuma por la boca de la indignación que sentía.
Él era ingeniero y siempre que podía lo decía, como los veganos que siempre intentan hacértelo saber. Se sacó la carrera con mucho esfuerzo y tuvo que aceptar trabajos de mi*rda al principio, hasta que finalmente lo contrataron en una buena empresa.
El motivo de su enfado era que se había enterado que su primo, que vivía en su pueblo, ganaba mucho más dinero que él.
No tendría por qué ser malo ¿no? Hasta aquí no hay nada raro ¿verdad?
El detalle que realmente le j*día vivo a mi amigo es que su primo era, en sus propias palabras “solo un p*to fontanero”. Es decir, mi amigo el ingeniero se quejaba de que su primo el fontanero ganaba mucho más dinero que él.
Mi amigo consideraba que era una injusticia que alguien con estudios básicos y que vivía en un pueblo de pocos habitantes, pudiese ganar mucho más dinero que él, que era un ingeniero con un master y vivía en una gran ciudad.
¿Tú qué opinas, querido lector? Yo opino que mi amigo no tiene razón en absoluto. Me explico.
Evidentemente estudiar ingeniería y hacer un master es mucho más difícil que estudiar fontanería, eso es completamente cierto.
Pero el error en el que cae mi amigo y me atrevería a decir que el 90% de la población, es que la dificultad es un factor que puede tener peso, o no, a la hora de recoger los frutos del trabajo.
Lo que realmente define todo es la ley de la oferta y demanda.
Yo si fuera tú, leería con mucha atención los siguientes párrafos, porque tu felicidad depende en buena parte de lo que voy a decirte.
Ley de la oferta y demanda: qué es
Mi amigo era un ingeniero que trabajaba en una gran ciudad y su primo un fontanero que trabajaba en un pueblucho.
El motivo por el que mi amigo ganaba menos que su primo es que había mucha gente como él en esa determinada área geográfica.
Mientras que su primo era el único fontanero de su pueblo y uno de los pocos de su comarca.
Por tanto, mi amigo era mucho más reemplazable e “innecesario” que su primo, que era todo lo contrario.
Si en Madrid, Barcelona, Berlín, Londres, Ámsterdam o París sacudes un árbol, salen ingenieros a patadas. Es decir, la oferta (de ingenieros) es mucho mayor que la demanda, porque hay tantísimos ingenieros que cualquier empresa puede contratarlos sin problema.
Como hay tanta abundancia de ingenieros, hace que sean menos valiosos. Hay mucha gente que puede hacer el mismo trabajo y eso provoca que las empresas no tengan que hacer nada especial para contratar a un ingeniero.
Sin embargo, el primo de mi amigo es el único fontanero del pueblo y como consecuencia él tiene el poder para fijar los precios que quiera. En este caso la oferta (de fontaneros) es muy pequeña y por tanto la demanda de sus servicios es muy solicidada y apreciada. Lo que se traduce en ingresos mucho mayores.
Cómo usarlo a tu favor
Un resumen básico de la ley de la oferta y la demanda es que lo escaso tiene más valor que lo abundante. Con eso en mente, puedes sacar muchos beneficios en muchos campos, pero me centraré en los estudios/trabajos.
Si eres un estudiante y no sabes qué trabajo elegir, o ya estás trabajando pero quieres cambiar de profesión, te recomendaría que tuvieses en cuenta estos 3 factores:
Pasión: Qué te gusta hacer, qué es eso que casi podrías hacer gratis porque te encanta.
Habilidad: Qué se te da bien, qué es aquello que haces con una destreza natural en ti.
Demanda (el punto más importante): Qué necesita la gente, qué es aquello que pide el mercado a gritos y por lo que está dispuesto a pagar lo que sea.
Si a ti te encanta la historia del arte y además se te da bien, probablemente puedas llegar a ser casi un erudito en la materia, pero no te recomendaría estudiarla porque apenas hay demanda historiadores del arte.
Y lo mismo al contrario, si hay mucha demanda de fontaneros en tu pueblo, pero a ti no te gusta la fontanería, no te recomendaría para nada que te convirtieses en fontanero. Ganarás mucho dinero, pero serás infeliz haciendo cada día algo que odias.
Por tanto, la confluencia entre pasión, habilidad y demanda es donde se encuentra tu camino. Ahí es donde se encuentra tu felicidad.

El trabajo, que es a lo que te dedicas la inmensa mayoría de los años que estás sobre este planeta, es algo que define tu carácter, tu felicidad y tu vida.
Escoger bien al trabajo es igual de importante que escoger bien a tu pareja (sobre lo que escribiré próximamente).
El trabajo es un pilar fundamental en la vida de cualquiera porque no solo es lo que te permite obtener dinero para vivir, sino porque es algo que va a moldear tu vida de la misma forma que los ríos moldean los paisajes.
El trabajo define tu rutina, tus relaciones sociales, tus posibilidades económicas, si vas a tener hijos o no, tu opinión sobre muchos temas (como los políticos)… es una de las dos fuerzas motoras de la vida actual, junto con la elección de tu pareja.
Por eso te recomiendo que te sientes tranquilamente con una libreta y hagas 3 columnas.
En una de ellas pon tus pasiones, en otra tus habilidades y en otra lo que se demanda.
Si apuntas alguna cosa que coincida en las 3 columnas… felicidades, acabas de encontrar el sentido de tu vida.
Este ejercicio lo hice yo en su día y te puedo decir que jamás he sido más feliz de lo que lo soy ahora mismo.
Para finalizar me gustaría pedirte un favor: que hagas click en el anuncio de abajo, porque simplemente con eso ya estás ayudando a que Academia Quintus siga creciendo.
Así podré seguir aportando información valiosa para que tú y más gente podáis lograr vuestro máximo potencial. Además, el anuncio de hoy es especialmente bueno: se trata de una newsletter a nivel mundial sobre tecnología y finanzas, y yo mismo llevo años suscrito a ella.
Un abrazo,
Quintus
Here’s Why Over 4 Million Professionals Read Morning Brew
Business news explained in plain English
Straight facts, zero fluff, & plenty of puns
100% free