Este mail soluciona el 90% de tus problemas

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Antes de entrar en materia, te recuerdo que tengo una encuesta en marcha para conocerte mejor. De esa forma, podré saber tus intereses, tus problemas y tus objetivos, y por tanto podré adaptar mi contenido a ello y darte la solución específica a tus problemas.

Si ya la has hecho, muchas gracias 😁 

Y si no la has hecho, te pediría que la hiciseses. Solo tienes que pulsar el siguiente botón:

Dicho esto, empecemos con el mail de hoy.

Hay una verdad incómoda que casi nadie quiere oír (pero todos necesitan):

El 90% de los problemas que tiene el 90% de la gente son increíblemente fáciles de resolver.

Lo que pasa es que no nos gusta la respuesta.

Nos gusta el drama.

Nos gusta sentir que estamos rotos por dentro, que el universo nos odia o que necesitamos nuestro propio super héroe para que nos salve.

Pero en realidad, si ahora mismo estás pasando por un mal momento mental, emocional o existencial…

Es altamente probable que se te pase haciendo tres cosas:

• Dormir bien

• Comer medio decente

• Mover el cuerpo

Y sí, suena simple. Porque lo es.

Pero que sea simple no significa que sea fácil.
Y por eso nadie lo hace.

El problema no es tu problema.
El problema es que lo estás sobredimensionando.

Todos nos hemos agobiado por cosas que nunca pasaron.
Todos hemos tenido conversaciones imaginarias con gente que no estaba presente.
Todos hemos dado vueltas en la cama por un “¿y si pasa esto…?” que nunca llegó.

Y en lugar de parar, respirar y salir a caminar, lo que hacemos es:

• Hacer scroll hasta las 2 de la mañana

• Comer lo primero que pillamos

• Evitar todo lo que huela a responsabilidad

Y claro, el problema crece.
Pero no porque el problema sea enorme.
Sino porque tú estás en tu peor versión física y mental para afrontarlo.

¿Y qué hacemos entonces?

Buscamos soluciones complejas.

Vamos al psicólogo (a veces con razón, otras porque “queda bien”).
Contratamos a un coach que ha copiado frases motivacionales en inglés y las ha traducido mal.
Le damos al tarot emocional, al journaling de colores y a las afirmaciones de TikTok.

Y no me malinterpretes: yo sí creo en los psicólogos.
Hay problemas que requieren atención profesional de la salud mental, y punto.

Solo digo que hay que saber filtrar entre lo que es un problema gordo que sí requiere de esta ayuda extra, y qué es una tontería enorme que estamos convirtiendo artificialmente en un problema.

Te lo digo porque conozco gente que va al psicólogo cuando se le cae el café encima o cuando su gato no le hace caso.

Hay personas que no quieren resolver el problema.
Solo quieren que alguien les dé la razón y les diga “pobrecito, qué vida más dura tienes”.

Pero eso no arregla nada.

Y si estás viendo a un psicólogo sin escrúpulos, estará encantado de darte la razón, decirte que tus problemas son muy difíciles y que para resolverlos tendrás que ir todas las semanas durante años.

Tus problemas crecerán y los bolsillos de ese mal psicólogo también.

Entonces… ¿qué arregla la mayoría de problemas?

Dormir. Comer. Moverte.

Vamos por partes:

😴 Dormir 8 horas

¿Ansiedad? ¿Desánimo? ¿Irritabilidad?
Probablemente estás hecho polvo porque duermes como un gremlin nocturno.

Te acuestas tarde.
Haces scroll hasta que te sangran los ojos.
Y luego te despiertas medio muerto y te preguntas por qué estás con la cabeza hecha papilla.

Dormir no es un lujo, es el botón de reinicio diario de todo tu cuerpo, tanto física como mentalmente.
No dormir es como intentar vivir con la batería al 1% permanentemente.

¿Quieres pensar con claridad?
¿Quieres sentirte con energía?
¿Quieres dejar de llorar por todo?
Duerme como Dios manda.

🍽 Comer (más o menos) bien

No hace falta ser nutricionista ni llevar una dieta de monje tibetano.
Pero si el 80% de lo que comes tiene envoltorio brillante y sabor a “mejorado artificialmente”… es probable que tu estado mental esté pagando el precio.

Tu cuerpo no es tonto.
Lo que le metes por la boca impacta directamente en cómo te sientes.

Y sí: cada vez hay más evidencia sobre la conexión estómago-mente.
Pero no hace falta leer estudios para entender que si comes basura, te vas a sentir como basura.

¿Quieres tener más claridad mental?
¿Menos altibajos emocionales?
¿Más sensación de control?
Deja de alimentarte como un niño de 6 años que ha entrado en la cocina a escondidas.

🏃‍♂️ Moverte

No es necesario correr una maratón.
Ni levantar 100 kg.
Ni pagar la cuota mensual de un gimnasio.

Pero tienes que moverte.
Caminar.
Hacer flexiones.
Subir escaleras.
Bailar en el salón si hace falta.

El ejercicio es el antidepresivo más barato y eficaz que existe.
Y no viene con letra pequeña ni efectos secundarios (más allá de agujetas y orgullo bien ganado).

¿Estás triste? Muévete.
¿Estás nervioso? Muévete.
¿Estás bloqueado? Muévete.

Tu cuerpo tiene una sabiduría que tu mente ha olvidado.

Venimos de una estirpe milenaria de cazadores-recolectores que se desplazaban varios km al día para buscar alimento, huir de peligros o encontrar un mejor refugio.

Llevamos el movimiento en la sangre, no reniegues de tu naturaleza: hazle caso.

Entonces… ¿ya está?
¿Solo con eso me vas a arreglar la vida?

No.
Pero probablemente te la voy a desbloquear.

Porque estos tres hábitos no eliminan los problemas.
Lo que hacen es devolverte al estado mínimo necesario para enfrentarlos con lucidez.

Y si no haces nada de esto…

Pues bueno.
Seguirás creyendo que tu vida es un caso clínico que solo puede resolver el equivalente psicólogo del Dr. House.

Que necesitas un coach de 3.000 € para “sanar tu niño interior”.

O que tienes algo tan complejo que ni tú entiendes lo que te pasa.

Pero en el fondo… lo sabes. Lo que pasa es que da pereza.

Porque es más fácil quejarse que dejar el móvil en la mesilla y dormir 8 horas.
Es más fácil buscar un diagnóstico exótico que dejar de comer ultraprocesados.
Es más fácil pensar que “todo es culpa del sistema” que ponerse a caminar 45 minutos.

Lo esencial no vende, pero funciona.

Tendemos a pensar que nuestros problemas son muy complejos y que por tanto son extremadamente difíciles de resolver. Pero nada de eso.

Necesitas dormir, comer bien y moverte.
Tres cosas tan obvias que nadie las toma en serio.

Y sin embargo, ahí está la llave.

Porque cuando haces lo básico bien… lo demás se ordena solo.

Esta tarde-noche, en vez de seguir dándole vueltas a tus dramas existenciales, haz esto:

1. Da un paseo de 1 hora

2. Cena algo que no venga en una bolsa de plástico

3. Deja el teléfono una hora antes de dormir

Mañana no vas a ser otra persona.
Pero vas a pensar más claro.
Y todos los días duermes bien, comes bien y te mueves, sí serás otra persona.

En concreto serás tú mismo, porque te habrás librado de las cadenas que te limitaban.

Nos volvemos a leer el miércoles,
Espero que con 8 horas de sueño encima, la tripa llena de buenos alimentos y la sangre fluyendo con alegría por tus músculos.

Quintus.

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