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¿Eres un cobarde?
¿Solo sabes huir?
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Hay animales que cuando ven venir una tormenta, hacen lo más lógico del mundo:
huir.
Corren en dirección opuesta al caos, tratando de evitar el frío, el ruido, la incomodidad.
Pero eso los mantiene atrapados en la tormenta más tiempo.
Porque cuanto más te alejas de ella, más tiempo te acompaña. Y más tiempo tienes que estar huyendo.
Pero hay una especie que hace lo contrario: El búfalo.
Cuando el cielo se oscurece y el trueno se acerca, el búfalo no huye.
El búfalo va directamente hacia la tormenta.
¿Por qué se comporta así? De eso hablaré en este mail.
Y si te gusta, como siempre, mira la imagen que te pongo al final.
¿Hasta dónde dejas que te controle el miedo?
La tierra huele diferente, la humedad del ambiente se incrementa, la presión se altera y el horizonte se oscurece poco a poco.
Se está formando una tormenta en la lejanía y los ciervos se asustan al escuchar el primer trueno, huyendo en la dirección contraria.
Los pájaros hacen lo mismo en cuanto ven el primer rayo, salen a volar para buscar refugio en árboles que estén más lejos.
Los conejos se apresuran a meterse en lo más profundo de sus madrigueras antes de que caiga la primera gota.
Todos los animales se asustan e intentan huir del peligro que supone la tormenta. Todos los animales excepto uno: el búfalo.
Los búfalos tienen un comportamiento curioso en estos casos: en cuanto se dan cuenta de que se va a desatar una tormenta, en lugar de huir, van hacia ella, a enfrentarla.
De alguna forma son capaces de saber, que si ellos van a su encuentro, cruzarán antes la tempestad y por tanto estarán a salvo mucho antes.
Es cierto que en su camino hacia la calma tienen que atravesar la tormenta, literalmente.
Tienen que soportar el viento, la lluvia, el frío, los rayos y los truenos.
Pero saben que el sufrimiento es temporal, y que después de esa angustia, volverá la calma. Y eso es mejor que huir.
La metáfora que necesitas recordar
La próxima vez que tengas un problema que da miedo, como por ejemplo:
Una conversación pendiente, una decisión difícil, un hábito destructivo, una emoción incómoda… piensa en el búfalo.
Y dirígete hacia ello. Dirígete hacia esa cosa que tanto te asusta.
Porque si huyes, el problema no desaparece.
Solo se alarga, solo te agota más, solo te persigue por más tiempo del necesario.
El precio de esconderse de la tormenta
La evasión es cara: nos cuesta energía, relaciones, claridad mental, paz. Y lo peor es que suele parecer razonable:
“No es el momento.”
“Ya pasará.”
“No quiero causar problemas.”
“No es tan grave.”
Pero mientras tanto la tormenta sigue ahí, esperándote.
Y tú, empapándote poco a poco.
Enfrentar no es fácil, pero sí liberador
Enfrentar la tormenta significa:
✔️ Decir esa verdad incómoda.
✔️ Empezar eso que llevas tanto tiempo posponiendo.
✔️ Reconocer que estás cansado.
✔️ Aceptar que necesitas cambiar.
✔️ Dejar de fingir que “todo va bien”.
Es incómodo, sí. Pero ¿sabes qué es más incómodo aún?
Vivir con una nube encima, fingiendo que el cielo está despejado, mientras al mismo tiempo te estremeces con cada trueno.
5 ideas para activar tu mentalidad de búfalo
Aquí tienes algunas formas prácticas de aplicar este concepto a tu vida:
1. Ponle nombre.
No puedes enfrentar lo que no te atreves a reconocer.
Ponle nombre a lo que estás evitando.
2. Habla.
A veces basta con decirlo en voz alta para que pierda poder sobre ti.
Busca a alguien que escuche de verdad.
3. Actúa aunque tengas miedo.
La tormenta no desaparece por desearlo, se cruza dando pasos. Aunque te tiemblen las piernas.
4. Apóyate en tu “manada”.
Rodéate de personas que empujan contigo, no que te frenen. El camino no tiene por qué recorrerse a solas.
5. Deja de juzgar (a ti y a los demás).
Todos estamos lidiando con algo... Todos nosotros, absolutamente todos, estamos en este mundo luchando como podemos por mantenernos a flote.
Nadie sabe muy bien qué debe o no debe hacer. Esto se aplica desde a la persona más simple hasta a las personas más influyentes y poderosas.
¿Recuerdas que hace unos días Donald Trump y Elon Musk discutieron y se dijeron de todo? Ellos tampoco saben del todo qué pasos hay que dar y cuáles evitar.
La conclusión es clara
No le des más vueltas.
No esperes a que amaine.
No te escondas otra vez bajo la excusa del “ahora no puedo”.
Mira la tormenta que tienes encima de ti. Deja de huir de ella.
Date la vuelta y corre hacia ella.
No porque seas valiente. Sino porque ya no quieres seguir empapado.
Porque mereces la calma que se encuentra una vez que la has cruzado.
Lo que te está esperando ahí no es la derrota. Es una versión más fuerte y más libre de ti mismo.
Si te ha gustado el mail, por favor lee lo que pone en esta imagen de abajo.
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