Baches que sufres sin saber por qué

Y cómo salir de ellos

“Si estás pasando por un infierno, sigue adelante.“

Winston Churchill

En el mail de la semana pasada te decía las cosas claras y a la cara, pero en este mail voy a poner mi hombro a tu disposición, para que te apoyes en él.

En el pasado he experimentado etapas de autodestrucción y estoy seguro que tú también sabes de lo que hablo. Dime si lo siguiente te suena de algo:

Hace unas semanas estabas siendo muy productivo, de hecho, estabas a tope: leyendo muchos libros, yendo al gimnasio de forma constante, siendo super eficiente en tu trabajo o estudios e incluso sacando tiempo para avanzar en tus proyectos personales.

Pero un día, sin saber por qué, algo pasó… Tal vez te levantaste con el pie izquierdo, o tal vez un alien te secuestró mientras dormías para hacer experimentos contigo.

Sea cual sea el caso, de repente todo te empezó a parecer más difícil de hacer.

Te encuentras cansado a todas horas, has perdido la motivación y ni siquiera recuerdas el motivo por el que estabas trabajando tanto. Esa claridad mental que tenías, parece haberse esfumado durante la noche.

Y esta falta de motivación empieza a expandirse en otras áreas de tu vida.

Se te pasa por la cabeza ir al gimnasio, pero estás demasiado vago para ir, así que te lo saltas ese día. Ese día se convierte en dos días sin ir, esos dos días se convierten en una semana…

Empiezas a comer comida basura, ver series sin moderación y estás todo el rato pegado al teléfono mirando las redes sociales.

Estas etapas de éxito y productividad, seguidos por largos períodos de autodestrucción son un patrón bastante común.

Te quiero enseñar cómo salí yo de ese círculo vicioso, pero antes quiero dejar claras 2 cosas:

  • Algunos de estos comportamientos tienen causas psicológicas, como por ejemplo la depresión. Examina bien tu caso y si es necesario pide ayuda a un profesional.

  • No vas a salir de este bache de la noche a la mañana. Aplicar lo que yo te voy a contar sí te va a ayudar, pero no es una solución inmediata, requiere esfuerzo por tu parte.

Pasemos a ver mi método para que tú también puedas aplicarlo. Se compone de 3 estrategias:

1. Haz algo

Consiste en poner en práctica el Principio de hacer algo, de Mark Manson.

Este principio es la chispa que inicia la acción, lo que hace rodar la pelota, el primer impulso que pone en marcha la maquinaria.

La mayoría de la gente piensa que para actuar, primero necesitas estar motivado y que para estar motivado, debes encontrar inspiración.

Para esta gente, la cosa funcionaría así: Algo te inspira, lo que te lleva a estar motivado y eso a su vez te lleva a actuar

Pero el Principio de hacer algo dice que la secuencia inspiración → motivación → acción no es lineal, sino que es un ciclo infinito. Y puedes empezar donde quieras.

Por tanto es mucho más eficaz empezar con la acción y dejar que esa acción se convierta en la inspiración y motivación necesarias para seguir actuando.

Si lo piensas, ya haces esto a diario, el tomar acción sin estar motivado.

¿Necesitas algún tipo de epifanía super inspiradora para ducharte? No, simplemente lo haces.

¿Necesitas ver el discurso de Rocky Balboa para ir a comprar el pan? No, simplemente lo haces.

Estas acciones monótonas son precisamente las te dan impulso para hacer más cosas.

Haz la prueba: haz algo fácil y rápido, pero que tenga valor, como por ejemplo: hacer tu cama o lavarte los dientes.

Esas son pequeñas acciones constructivas que te darán inercia para hacer más.

Si tienes que escribir un informe para tu trabajo o una redacción para tus clases, no pienses: “Uf, tengo que escribir un texto de cuatro mil palabras.” Solo di: “Voy a abrir el Word, escribir lo que se me ocurra durante un minuto y ya.”

Pero una vez que empieces, querrás seguir escribiendo porque ya te has convencido de empezar.

Eso es, el Principio de hacer algo, ahí se encuentra su magia, en hacer cosas pequeñas que echen a rodar la bola de nieve.

2. Recompensa tus acciones

Si has leído mis mails anteriores, sabes que no voy dando palmaditas en la espalda sin motivo.

Y si tú también eres así, seguramente pienses que recompensarte por darte una ducha es una tontería, porque sabes que eres capaz de mucho más.

Pero la idea de recompensarte por pequeñas victorias, especialmente si estás en una situación delicada, es una necesidad psicológica, y tiene que ver con el hecho de que básicamente tienes dos cerebros.

Una parte más primitiva, (responsable de las emociones), y otra parte más lógica (encargada de la racionalidad).

Tu cerebro racional debe convencer a tu cerebro primitivo para tomar acción y es fundamental que no seas un tirano con la parte primitiva de tu cerebro, o se rebelará y no querrá hacer nada de lo que tu parte lógica quiere.

Debes ganarte a tu cerebro primitivo poco a poco. Si solamente te apetece estar tirado en el sofá, empieza por hacer algo fácil (como hacer la cama).

Y después recompénsate por haber hecho algo constructivo tras días sin hacer absolutamente nada.

Tu lado lógico sabe deberías estar haciendo mucho más, pero tienes que relajarte.

Quizá pienses: “¿Cómo voy a salir de un bache si no aprovecho este impulso hasta el final?”

Ahí entra la estrategia 3.

3. Carga progresiva

Consiste en ir haciendo cada vez más cosas y que vayan siendo más difíciles.

Intentar pasar de no hacer nada, a querer hacer todo, es contraproducente porque tu cerebro primitivo se rebelará y volverás al ciclo de autodestrucción.

En su lugar, debes ir adaptándote de forma gradual, poco a poco, a un estilo de vida en el que día a día vayas incorporando más cosas y te recompenses por las pequeñas victorias. La palabra clave es adaptación.

No caigas en la trampa de compararte con la gente que es capaz de hacer todo. Llegarás a ese nivel, todavía no estás ahí.

Simplemente compara tu versión de hoy con tu versión de ayer. Solo compites contra ti mismo, no contra nadie más.

Incrementa progresivamente, sin prisa pero sin pausa, las cosas que haces, para que puedas salir del bache poco a poco, pero con paso firme.

Si haces lo haces a diario, gradualmente y de forma natural, ambos lados de tu cerebro estarán de acuerdo y empezarás a resurgir de las cenizas como un fénix, y volverás a ser la persona que eras unas semanas atrás, antes de este bache.

Recuérdalo: Después de la tormenta siempre llega la calma.

Si tienes dudas o no sabes qué pasos dar, respóndeme a este mail y te contestaré a partir del lunes. Estoy aquí para ayudar al quien lo necesite y lo haré encantado con todo aquel que me escriba.

Un abrazo,

Quintus