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El arrepentimiento más común
Y cómo evitarlo tú
¿Te montarías en un avión que sabes que se va a estrellar, solo porque has gastado mucho dinero o esfuerzo en conseguir los billetes?
Hace unos días YouTube me recomendó un video de un psicólogo que hablaba de lo que más se arrepentían sus pacientes.
Decía que en sus más de 10 años de experiencia, había un patrón común en todas las causas de infelicidad que tenían sus pacientes.
No era el dinero, ni que odiasen su trabajo, ni el coche que nunca se compraron. Nada de eso.
Decía que la queja más habitual era el haber perdido años de su vida en una relación equivocada.
Yo no soy psicólogo ni tengo pacientes a mi cargo, pero puedo decir que coincido plenamente.
Muchos amigos y familiares se quejan de esos años de vida que perdieron junta aquella persona que resultó ser tóxica para ellos.
Gente atrapada en dinámicas que no los dejaban respirar.
Personas que durante años no pudieron vestirse como querían, escuchar la música que les gustaba, expresarse libremente o simplemente estar en paz.
Porque vivían en una constante vigilancia emocional.
Todos sabemos lo que significa eso, ya sea porque lo hemos vivido en relaciones pasadas o porque lo veamos en relaciones de algún familiar o amigo.
¿Sabes cuál es la palabra que más repiten después de salir de ahí?
"Tiempo."
“El tiempo que perdí.”
“El tiempo que aguanté.”
“Desperdicié los mejores años de mi vida.”
Y ojo, no solo en relaciones de pareja.
A veces es tiempo perdido en relaciones laborales con jefes que los anulaban.
En amistades que eran una trampa disfrazada.
En familias donde el afecto se daba solo a cambio de obediencia.
La pérdida del tiempo es la peor pérdida posible
Las dinámicas negativas en las que a veces nos vemos envueltos no son fáciles de detectar al principio.
Pero cuando finalmente nos damos cuenta y conseguimos salir de ellas, en muchos casos hemos pagado un precio demasiado alto:
Haber renunciado a nuestros sueños.
Haber apagado nuestro brillo para que el otro no se sintiera incómodo.
Haber callado nuestra opinión, nuestros planes, nuestra alegría.
Haber creído que “así era el amor”.
Que era normal tener que adaptarse tanto, ceder tanto, reducirse tanto.
Pero no es así. Nada de lo anterior es normal.
Y lo más triste de todo
Es que muchas de esas personas no saben que hay otra forma de vivir.
No saben cómo es una relación sana: Una relación donde el amor no duele, no agota, no reduce.
Una relación donde puedes ser tú, sin miedo, sin culpa, sin negociar contigo mismo cada día. Una relación donde la otra persona te ayuda a desplegar tus alas, en lugar de querer cortártelas.
Las siguientes preguntas te evitarán caer en futuras relaciones tóxicas y te ayudarán a detectar si tienes alguna a día de hoy:
¿Esta persona (o relación) mejora la calidad de mi vida?
¿Me siento más yo al estar con la otra persona?
¿Puedo crecer sin que eso sea una amenaza para esta relación?
¿Tengo que dejar de ser yo para que esto funcione?
No son preguntas fáciles, pero son necesarias.
Y cuanto antes te las hagas, más tiempo te ahorras, más sufrimiento evitas.
Porque nadie debería tener que pagar su paz con años de vida.
Nadie debería tener que amputar su esencia para que una relación encaje.
Si ahora estás en paz, cuídala.
Y si no… ya sabes lo que toca.
Cómo empezar a sanar (de verdad)
Salir de una relación (de cualquier tipo) que te ha drenado emocionalmente y te ha arrebatado demasiado tiempo de tu vida, no es nada fácil.
Aquí van algunas ideas que puedes empezar a poner en práctica desde hoy, si eres de los que se encuentra en una relación negativa:
1. Redescúbrete a solas
Pasar tiempo contigo, sin tener que explicarte ni adaptarte a nadie, es un acto de recuperación profunda.
Haz lo que te gusta, aunque parezca insignificante. Recuerda quién eras antes de encogerte para encajar.
2. Haz un corte limpio
Si puedes, corta todo contacto. Bloquea, silencia, elimina fotos.
No para castigar a nadie, sino para protegerte a ti. Una herida no cicatriza si la rascas cada dos por tres.
3. Escribe (no hace falta que sepas escribir bonito)
La escritura no es solo para autores.
Es para sacar de la cabeza todo lo que pesa.
Hazlo sin filtros, vomita sobre el papel todo lo que agobia.
Cuando termines de escribir, lee lo que has escrito y piensa en ello. Verás todo con otros ojos.
4. Busca apoyo
Si no te ves capaz de hacerlo tu solo, busca ayuda. A veces es suficiente con el apoyo de amigos o familiares.
Pero otras veces se necesita ayuda profesional, de psicólogos.
Si ese es tu caso, no tienes que sentirte mal. No estás exagerando, no estás loco, no eres débil.
Simplemente tienes una herida y tienes que ir al profesional a que te la cure. Igual que cuando vas al médico cuando enfermas.
5. Aprende a identificar red flags
No se trata solo de evitar relaciones malas, sino de saber construir relaciones buenas.
Estudia lo que significa una relación sana y pregúntate si la tuya es así.
Salir de una relación tóxica da una sensación de alivio indescriptible
Como esa primera bocanada de aire que das tras haber estado aguantando la respiración bajo el agua.
Evalúa tus relaciones y actúa con aquellas que te quieren seguir teniendo bajo el agua.
Sal a la superficie y respira.